Concejal María Marta Maenza

(Marzo 2008) Desde nuestro rol legislativo y político debemos luchar racionalmente por un cambio cultural que se base en la no violencia.

Debemos dejar lado las diferencias de colores políticos y aunarnos con la bandera del bien común, priorizando las necesidades del pueblo, de los ciudadanos que representamos y que en virtud a su voto acá estamos.

Repudiamos la violencia bajo todas sus formas, esta no tiene justificativo alguno, en ninguna circunstancia.

La concurrencia al Recinto, símbolo y lugar sagrado del ejercicio de nuestra democracia, no puede darse bajo las condiciones que se vivieron el 25 de marzo en la Sesión deliberativa. Las mismas no merecen otro calificativo
que gravísimas y no deben ocurrir más.

Vicente López es una Ciudad Para Vivir, honremos estas palabras y seamos todos partícipes de esta forma de vivir, repudiando estos atropellos a nuestros derechos fundamentales consagrados en nuestra Constitución Nacional.

No aceptamos y repudiamos enérgicamente los actos violentos acaecidos, que fueron un verdadero atentado a los derechos de todos y cada uno, a la libertad de expresión, a la libertad de prensa, y que representaron, lamentablemente un reflejo de metodologías que no solo se están dando en nuestro Municipio sino que nos basta con abrir los ojos a nivel nacional y ver la realidad que estamos viviendo en nuestro maravilloso país.

Señores, paradójicamente, mientras en el recinto se hablaba de repudiar El Golpe de Estado que sufrimos y padecimos 32 años atrás, 7 de los 12 concejales del oficialismo que estaban presentes en el recinto se levantaron del mismo, lo cual conlleva a que no tengan quórum, y representa otra forma del ejercicio de la violencia a través de una falta de respeto hacia sus pares y de indiferencia, justamente entre quienes debemos ser ejemplo de civilidad y convivencia política.

Pretender cambios a través del uso de la violencia, de la agresión, de la falta de respeto, de los atropellos al otro que es nuestro semejante, es un verdadero retroceso. No lo permitamos, ese es nuestro compromiso como políticos, como legisladores, como periodistas, como ciudadanos comunes que quieren vivir en una sociedad donde se pondere el consenso y el respeto.